Infección vaginal

Libérate de las molestias en la zona intima

Tratamiento ginecologia infección vaginal

Todas las mujeres en algún momento de la vida han tenido molestias vaginales, tipo ardores, escozor al orinar, alteraciones del flujo y molestias en las relaciones sexuales.

La vagina es un órgano séptico que en condiciones normales está colonizado por microorganismos predominantemente anaerobios, incluso podemos encontrar cándidas y Gardnerella en un porcentaje de asintomáticas.


Entre los gérmenes habituales se encuentra el Lactobacillus acidophilus o bacilo de Döderlein que mediante fermentación láctica del glucógeno de la mucosa vaginal produce ácido láctico que mantiene el pH acido de la vagina 3.8-4.2, lo que limita el crecimiento de otros patógenos.

Con una exploración ginecológica y una prueba realizada en la consulta la mayoría de las veces ya se puede identificar la causa de la infección. Otras veces hará falta un cultivo vaginal para identificar otras bacterias responsables. Es muy importante identificar el tipo de germen causante de la infección ya que el tratamiento adecuado difiere en cada caso. Para poder resolver adecuadamente la infección y liberar de los molestos síntomas de la vaginitis.

La vaginitis puede ser infecciosa o no infecciosa


Vaginitis infecciosa

La vaginitis o vulvovaginitis está causada por diferentes gérmenes como bacterias, hongos, virus, protozoos.

Infección por chlamydias o clamidiasis

Esta producida por una bacteria llamada Clamidia ( Chlamydia trachomatis). La clamidia es un parasito intracelular. En un alto porcentaje de casos son asintomáticas y difíciles de detectar. Se conocen 15 serotipos y algunos de ellos son de transmisión sexual y pueden causar uretritis, cervicitis, epididimitis, salpingitis e infecciones al recién nacido por el canal del parto. La presencia de clamidias en el tracto genital superior se
relaciona con esterilidad y predisposición a embarazo extrauterino.

Vaginosis bacteriana

Supone el 50% de todas las vaginitis y está producida por la Gardnerella vaginalis o Haemophilus vaginalis.

Las mujeres con vaginosis bacteriana tienen aumentada 100 veces la concentración vaginal de Gardnerella y 1000 veces las bacterias anaerobias y la desaparición de los lactobacilos.

La mujer se queja de un flujo maloliente con olor desagradable a pescado podrido o aminas, leucorrea grisácea, homogénea, poco viscosa, olor desagradable tras el coito (el líquido seminal es alcalino y acentúa el mal olor), molestias urinarias o picor.

Candidiasis vaginal

Las vulvovaginitis micóticas constituyen el 20-30% de las vaginitis. En el 80-90% de los casos se debe a la Cándida albicans.

Puede estar de forma saprofita en la vagina entre el 10-20% de mujeres de forma asintomática.

Los factores que predisponen a la micosis vaginal son el embarazo, tratamientos inmunosupresores, corticoides, antibióticos, diabetes.

Cuando este microorganismo está en grandes concentraciones aparecen los síntomas de picor vulvar y vaginal intenso en el 70% de los casos. Es característico el flujo blanco, espeso, viscoso, adherente a paredes vaginales de aspecto grumoso y es frecuente el eritema y la disuria.

Vaginitis por Tricomonas o tricomoniasis

Las infecciones por Tricomonas representan el 20-30% de las vaginitis. La Tricomona vaginalis es un protozoo que coloniza la vagina, endocérvix, glándulas de Skene y Bartholino, uretra. Su transmisión es habitualmente por contacto sexual. En el 15% se asocia a otras enfermedades de transmisión sexual. En muchos casos es asintomática y en los sintomáticos presentan flujo profuso y liquido de color gris-amarillento-verdoso. El picor puede ser intenso y a veces más sensación de quemazón. Es habitual la disuria, o molestias urinarias, por afectación de la uretra y la dispareunia, es decir, dolor con las relaciones sexuales.


Vaginitis viral

La infección está causada por el virus herpes simple. El 15% de las infecciones primarias están causadas por el virus herpes tipo I por contacto directo, y está demostrada la vía venérea para el herpes simple II.

Tras un periodo de incubación de 2-10 días aparecen las típicas lesiones eritematovesiculares múltiples agrupadas y dolorosas que evolucionan a vesícula, ulcera, costra y pueden afectar a todo el tracto genital inferior: vulva, vagina, cérvix, a veces vejiga, y uretra. Las lesiones persisten unos 15 días. El herpes simple II puede dar infecciones recurrentes desencadenado por estrés, coito, menstruación, etc.


Vaginitis no infecciosa

La vulvovaginitis senil o atrófica es propia de la mujer posmenopáusica. Presenta síntomas de picor vaginal intenso, que puede ser doloroso, sensación de irritación, dispareunia e incluso producir pequeñas metrorragias.

Es debida a la atrofia de la mucosa vulvovaginal que ha involucionado por la falta del estímulo estrogénico.

Estos síntomas tan molestos que la mujer sufre en silencio. El tratamiento clásico se basa en hidratantes y lubricantes locales, y en muchas ocasiones son insuficientes, necesitando preparados estrogénicos tópicos que no
acaban de controlar las molestias, o que se abandonan por la incomodidad que el tratamiento local supone (residuo de crema, interferencia en las relaciones sexuales, etc).

Estos síntomas tienen mejoría en la actualidad gracias al avance tecnológico con el Laser Juliet, ya son miles de mujeres tratadas en todo el mundo que les ha cambiado la vida.

Otras inflamaciones de la vagina pueden ser debidas al uso de espermicidas, desodorantes, duchas vaginales, falta de higiene, ropa demasiado ajustada.